Aparta la ingenuidad. Lo que tu corazón sienta da igual. Le da igual. Ya no es el que era. Ahora las ilusiones, los pequeños sueños, las falsas promesas, son para ella.
¡Cuántas veces te dijo que te esperaría!
Ahora estas palabras han vuelto a cobrar sentido. Pero han cambiado de destinatario.
Y ¿qué hacer? No tiene sentido hacer nada. Cose tu alma a prueba de bombas. Vive. Sonríe. Aún quedan miles de grandes cosas por las que merece la pena luchar. Y tú sí eres capaz de apreciarlas. Te mereces ser feliz.
Quiero ver lágrimas cayendo por tu cara. Pero quiero que sean de felicidad.
Buenas entradas, lindo estilo de blog.
ResponderEliminarSaludos.
Muchisimas gracias =)
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